Beuys y el partido de estudiantes, 1962 |
La Universidad Libre
Beuys en una clase.
Beuys despedido. Los alumnos le acompañan en una huelga de hambre.
La "Universidad Libre Internacional"
(1973- 1988) fue una iniciativa
del artista y profesor de arte Joseph Beuys (junto al premio Nobel de literatura Heinrich Böll).
Fue una universidad sin sede, donde
la creatividad era el lugar privilegiado de ciencia de la libertad ("cada
hombre es un artista,").
Las ideas radicales de Beuys sobre la
enseñanza y sus teorías acerca del destacado rol del artista en la sociedad le
han ganado la reputación de ser uno de los artistas más significativos y
controvertidos del siglo veinte. “Ser docente es mi más importante obra de
arte” dijo Beuys en una entrevista en Artforum en 1977. “Lo demás es un
desecho, una demostración”. Esta manifestación refleja la importancia
que él le da a la enseñanza, que considera ser una extensión de su
propia práctica artística. Beuys enseñó oficialmente en la Academia de
Arte de Dusseldorf desde 1961 hasta 1972 y alternativamente en proyectos
con la Universidad Libre Internacional (1973 – 1988), una idea
educacional concebida en conjunto con el escritor alemán Heinrich Böll
(1917 – 1985). Enseñando descubrió Beuys una plataforma para sus ideas
provocativas y utópicas sobre “el arte como capital social” y para
abogar por un acercamiento más democrático al arte en el que los
individuos participan creando nuevos modelos de arte como una “escultura
social”. Hasta hoy Beuys representa un desafío a las convenciones
académicas jerárquicas, declarando que cualquier persona podía
participar en sus clases de arte sin los requisitos exigidos, y
elogiando el compromiso directo del arte con la vida.
(texto extraído sobre la Exposición: Beuys y más allá – El enseñar como arte
(texto extraído sobre la Exposición: Beuys y más allá – El enseñar como arte
BORRADOR DEL PROYECTO DE LA UNIVERSIDAD LIRRE
Joseph Beuys
"La lucha política por el principio Universidad
libre.
Ante todo hay que crear y aplicar un concepto
práctico y realista de libertad para la liberación de la
universidad.
La
mayor parte de los miembros de la universidad (los estudiantes) carece hoy
de libertad, porque no dispone ni por asomo de la suficiente seguridad
material para realizar sus estudios. Hay que liberar al alumno de la necesidad
de buscar los medios financieros necesarios para su formación,
trabajando a media jornada o en empleos eventuales, durante el curso o en unas
vacaciones que deberían servir más bien para estudiar y
descansar. (Por no hablar de la lucha por conseguir becas ni de la
distribución injusta de las mismas). Si los estudiantes recibieran realmente
los fondos que necesitan para asegurar materialmente sus estudios, se
había logrado hacer realidad el derecho fundamental a la formación.
Aquel que estudia está trabajando para la sociedad tanto como el que
más tarde utiliza las capacidades adquiridas en sus estudios para ejercer
una profesión. Si la actividad del estudiante no se remunera, es porque
no quiere atenderse a la realización del derecho fundamental a la
igualdad de oportunidades para el desarrollo intelectual de todas las personas.
La formación y la posibilidad de estudiar eran (y son) un privilegio que
estaba (y está) financiado por privilegiados. Los privilegios de una
determinada capa de la sociedad se transmiten así de generación
en generación.
Habría que proporcionar información a
una mayoría de la población para que decidiera en votación
directa qué proporción del capital libre (producto interior)
debe dedicarse a la financiación de la formación. De esta forma
se redactarían leyes que garantizaran la posibilidad de disponer de
los fondos necesarios para estudiar y mantenerse durante la carrera. Según
el principio Universidad libre, el apoyo económico de los estudiantes es la
vía adecuada para financiar la universidad desde abajo, de acuerdo
con la voluntad de formación.
Fondos para:
Alimentos, ropa, vivienda.
Retribución del profesorado.
Mantenimiento y ampliación de las
instalaciones universitarias.
La
cuantía de los fondos destinados al punto 3 la establecería la asamblea
plenaria de profesores y alumnos. Con el resto de los fondos se
financiarían el punto 2 y proyectos artísticos o científicos
concretos.
La lucha política por el principio Universidad
libre.
La universidad libre luchará por equiparar
los exámenes libres (que serán preparados por profesores libres,
no pertenecientes al funcionariado) con los exámenes de Estado.
Los estudiantes son muy dueños de realizar,
si así lo desean, un examen de Estado en la universidad libre.
Una vez lograda la equiparación en este
sentido, nadie podrá seguir creyendo en la necesidad de los
exámenes de Estado (p. ej., para controlar el rendimiento). Más
bien habrá de reconocerse todo lo contrario, ya que los alumnos
menos capacitados pueden prepararse de forma oportunista para estos
exámenes, mientras que las verdaderas capacidades pasan
desapercibidas. Por otra parte, el examen de Estado no incluye un control
del rendimiento del profesor, con lo que se impide la evaluación
pública del sistema educativo en su conjunto. Nadie se hace responsable
de la incapacidad de aquellos estudiantes que pueden mostrar un título
por haber pasado el examen de Estado.
Por el contrario, los profesores libres se hacen
personalmente responsables al firmar el certificado de aptitud que dan a
sus estudiantes."